3 DIAS: Fin del mundo andaluz

Se pasa mal. Eso que vaya por delante. Porque está bien hecha, porque cuenta una buena historia y porque el director va subiendo el nivel de la cinta a medida que nos sumerge en ella. Es el primer largometraje de F. Javier Gutiérrez, y este nombre, por tanto desconocido para casi todos, demuestra que no hay que tener una extensa carrera para lograr transmitir la angustia del fin del mundo del modo en que él lo hace.
Porque de eso va la película. De que un meteorito se acerca a la Tierra y en 3 días la destruirá pese a que los gobiernos han hecho lo posible para detenerlo o para cambiar su rumbo. Estamos acostumbrados a ver a Bill Pullman y a Will Smith en este tipo de cintas, pero ésta es española y los acontecimientos ocurren en un pueblo de Andalucía. Más de uno dirá que qué copiotas somos, que como el cine español no da dinero copiamos a los yanquis en sus películas catastrofistas, y yo a esto respondo dos cosas: que qué más da, el fin del mundo se puede contar en todos los países donde va a tener lugar. Y que como somos españoles nunca estamos contentos con el cine que hacemos, si es de la guerra civil porque no cambiamos de tema y si lo cambiamos porque hacemos lo que ya otros han exprimido tantas veces en taquilla. Y añado: esperad a ver esta. Tal vez no cuente algo nuevo, pero lo cuenta, ya he dicho, muy bien.
Lo primero que llamará la atención del espectador es la fotografía de la película. Quemada, como por el sol. Es Andalucía y hace mucho calor y el polvo de la carretera parece meterse en tus ojos con una fotografía tan amarilla. Lo segundo, la gran historia que va contando, centrándose en una familia, en un chico, (espléndido Víctor Clavijo), su madre y sus sobrinos. Lo tercero, que se trata de una cinta en la que el Apocalipsis se cuenta casi a base de primeros planos, y por una razón que no voy a contar aquí, que dejaré que desveléis en el cine, donde merece la pena verla por encima de otras de nacionalidades no tanto mejores pero sí más comercialmente aceptadas. Y por cuarto y último, os llamará la atención lo mal que dije al principio que se pasa. Porque no hay muchas películas de ninguna nacionalidad con las que últimamente se pase mal. Bueno, si se piensa en el dinero que se está tirando al verla entonces sí, pero hablo de resultados, de que la cinta te atrape y quieras mirar para otro lado en según qué momentos, que sientas la tensión que el director plasma en la pantalla. El Orfanato no lo conseguía, REC sí y a mi parecer ésta también. Más de uno debió opinar lo mismo porque le llovieron premios en el último festival de Málaga. Y sin quitarles la razón a quienes la votaron, yo me pregunto: ¿no era mejor llevarla a Sitges? Al menos si la guardaban para entonces más posibilidades de cara a los Goya tendría. En cualquier caso la película es cita obligada en las salas para quien quiera ver algo bueno. Premiado o no.

Silvia García Jerez