miércoles, septiembre 27, 2006

La Distancia: Aplausos en español


Qué poco nos queremos. A veces envidio a los franceses, con su famoso y siempre criticado chauvinismo. Un poco más de él no nos vendría mal a nosotros, que no sólo hacemos la que será posiblemente la mejor comida del mundo, sino que también se nos da bien el cine. Más de uno se reirá leyendo esto, pero si nos paramos a pensar podemos fácilmente llegar a la conclusión de que si de 700, por poner un número, películas americanas que nos llegan al año solemos salvar 15, el cine español puede tener, por comparación, unas cifras parecidas, ya que de 80 cintas cada 365 días acabamos aplaudiendo unas 5. Yo creo que salen las cuentas.
Bien, pues esta misma semana se estrena en nuestras pantallas una de esas cintas que merecen situarse entre esas cinco: “La distancia”, debut en el largometraje de Iñaki Dorronsoro. Protagonizada por Miguel Ángel Silvestre –al que ya vimos en la estupenda “Vida y color”, de Santiago Tabernero-, José Coronado y unos Lluis Homar y Federico Luppi en estado de gracia. El reparto se completa con un auténtico descubrimiento, el de Belén López, actriz sobre todo televisiva de la que no querremos prescindir en las salas oscuras.
Todos ellos le dan forma a un cuadro de cine negro sólido, a un guión completo, compacto, en el que ni falta ni sobra nada y donde casi no hay frase o diálogo que no merezca guardarse en la memoria. Y redordad que estamos ante una ópera prima. No es poca cosa que se acerque a los clásicos de los años 40 ni que por momentos la brillantez del texto nos parezca inspiración de los mismísimos hermanos Coen.
Sólo tiene una pega, una nada más, y es su frialdad. Una frialdad que no nos permite emocionarnos en ningún momento, algo que no le ocurría a otra joya a incluir en esas cinco mejores del año a las que antes me refería, esa muestra de thriller rural que era “La noche de los girasoles”. En ella cualquiera de nosotros podía haber sido ese Mariano Alameda, tridente en mano para defenderse de algo que lo supera. Pero en ésta no podemos identificarnos con los corruptos policías, ni siquiera con el chico aspirante a gran boxeador, aunque sí podemos alabar a quienes los interpretan y a quienes han hecho posible que “La distancia” se nos haga corta.
Silvia Garcia
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