Death Proof: Tarantino pincha

Creo que Quentin Tarantino es más listo que el hambre. Muchos diríais que es un genio, y apoyo esa idea, pero yo me refiero a algo más. Es un tipo listo porque ha convertido la violencia, los diálogos políticamente incorrectos y los personajes menos recomendables en mitos que admiran tanto chicos como chicas. Pocas hay a las que sus películas no les diviertan. O gusten, directamente. Y eso no pasa con cualquier “película para tíos”
Yo soy una de las que se reconoce fan de Tarantino. Me encantan sus hombres de negro, él incluido, en “Reservoir dogs”, sus historias mezcladas en “Pulp fiction” y por supuesto su obra magna: “Kill Bill” Pero hasta los más grandes tienen sus puntos negros. Y Tarantino, hasta ahora, tenía uno: “Jackie Brown” (Sí, no me gusta) Pero ahora acaba de dirigir la que hace de “Jakie Brown” una obra menor. Porque “Death Proof.”, esa segunda película de la sesión doble con el título genérico de “Grindhouse” ha superado a los 154 minutos, que se dicen pronto pero no se ven tan rápido, de aquella con Pam Grier y Robert De Niro.
En esta ocasión presenta dos historias con ejes comunes. El eje principal es el que se refiere a un Kurt Russell interpretando a Stuntman Mike (especialista Mike, pero en castellano no tiene tanta gracia) Este Mike es un psicópata que al volante de su coche a prueba de balas y de muerte alguna (por eso el título del filme) se dedica a matar a todo lo que pilla por delante, preferiblemente a chicas guapas a las que les haya echado el ojo mientras ellas no se daban cuenta en algún estacionamiento de carretera. Ese es el otro eje, las diferentes chicas, cuatro y cuatro, al principio y al final, algunas de ellas filmadas, según aparecen, en blanco y negro (confieso que el cambio de blanco y negro al color no lo entendí, a lo mejor responde a un capricho del momento, como ocurre en “Reservoir dogs” con un globo blanco que se cuela en el plano a medida que el coche de Mr. White arranca: Tarantino confesó que dejó el plano para que algún crítico en Cannes le preguntara por la coincidencia entre los colores)
Bueno, voy al grano, tengo que decir por qué no me gusta nada la película: me aburre. Mucho. La cinta está construida a base de diálogos y a menos que te gusten físicamente quienes los dicen (chicos, aquí entráis vosotros) no tiene ningún interés escucharlas porque, al contrario que los de “Pulp Fiction”, por ejemplo, los presentes carecen de gracia alguna. Por lo tanto sólo cabe esperar a las dos escenas cumbre de la cinta, aquellas en las que el coche se pone, en efecto, a prueba de muerte.
Para vosotros hay además un aliciente: un baile que una de ellas se marca delante de Kurt Russell, pero como toda comparación es mala, personalmente echo de menos a Uma Thurman y su playback en la cinta con John Travolta. No sé si Tarantino quiso tener a la actriz en ésta, pero más de un espectador pensará que remitirse a un clásico propio no es lo mejor que puedes hacer cuando tratas de avanzar. Lo dicho, cualquier otra de Tarantino es mejor que “Death Proof” Y ni que decir tiene: “Planet Terror” es la grande de “Grindhouse” La pregunta ahora es: ¿fracasó en Estados Unidos porque iban juntas y a la de Roberto Rodríguez no la dejó respirar como debe? Eso, podemos imaginárnoslo cuando se estrenen aquí, por separado, pero no podremos tener la respuesta certera. Sí las películas. Y si salen por separado en dvd, ya sé cuál de las dos no me voy a comprar.

Silvia García Jerez