Los Crimenes de Oxford: Las palabras matan

Es difícil hablar mal de una película de un director que te gusta. Por lo menos a mi me cuesta mucho. Y más aún cuando el director es Álex de la Iglesia. El topicazo de “Yo lo he seguido desde su primera película” es totalmente cierto. Cuando llego Alex, el panorama cinematográfico español estaba muerto. “Acción Mutante” fue un soplo de aire fresco, la declaración de principios de un cineasta con voz propia, que parecía que podría comerse el mundo. Y con su siguiente película lo hizo. A partir de entonces no todo ha sido gloria en su filmografía pero siempre ha sido más interesante que el resto de sus compatriotas. Moviéndose entre el genero fantástico (ampliamente entendido) y la comedia (mayormente negra) Alex ha construido una filmografia potente hasta lo que era su ultima película: “La Habitación del Niño”, un cuento macabro de terror que se alejaba bastante de la comedia y que sin ser estrenada en cines era una de sus mejores películas. “Los Crímenes de Oxford” prometía continuar con esa línea “seria” con un thriller sobre una serie de asesinatos en Oxford basada en una novela ganadora del Planeta en Argentina, “Crímenes Imperceptibles”, un encargo del productor Gerardo Herrero, con reparto internacional y rodada en Inglaterra y en Ingles. Pues solo se quedo en eso, en una promesa. Hay algo que no funciona en “Los Crímenes de Oxford”, en realidad hay muchas cosas que fallan en la película, más que aciertos. En primer lugar la historia. No he leído la novela pero viendo la película creo que no debe ser precisamente buena. Muchos parecidos con el dichoso “Codigo Da Vinci”, una trama rocambolesca cargada de interminables diálogos que no aportan nada que no sepamos. Los protagonistas debaten “verdades absolutas”, cuando en realidad hablan de cosas que son obvias. Y además lo hacen largo y tendido. Alex tiene que centrarse en esas batallas dialécticas entre el profesor Seldon (John Hurt) y su alumno (Elijah Wood) con un montón de primeros planos que acaban por cansar al espectador de tanto ver la orografía de los rostros de ambos actores. Esto se refleja en los principales personajes que no consiguen atrapar al espectador, sobre todo el protagonista, un perdido Elijah Wood y de la chica de la peli Leonor Watling que no deja de ser un bonito mueble (un mueble precioso eso si), pese a que ella intenta aportar humanidad a su personaje y a su glorioso desnudo (todo hay que decirlo). O esos secundarios Julie Cox y Burn Gorman completamente histriónicos que no hubieran desencajado en cualquier otra pelí de Alex pero que aquí cantan más que la traviata. Pero el principal problema, en mi humilde opinión, es la falta de pasión que ha puesto Alex en la película. Como si hubiera rodado con el piloto automático puesto. Esto resulta difícil de creer si alguno ha seguido el blog del rodaje: http://blasfemandoenelvrticedeluniverso.blogspot.com/ y los avatares que ha sufrido Alex y el resto del equipo.
También tiene aciertos claro, a pesar de que por momentos se hace aburrida (algo que nunca había hecho Alex) esta bien llevada: Atención a ese plano secuencia en la que se juntan casi todos los personajes y que desemboca en el descubrimiento del primer asesinato, el primer asesinato en si, homenaje al “Frenesi” de Hitchcock (no en vano su protagonista Anna Massey era una de las asesinadas en la peli de Hitch), algunos diálogos son realmente brillantes, los flashbacks de crímenes de la historia son estupendos, y la presencia de Hurt (excelente su presentación) .
Estoy seguro de que si la pelí la hubiera dirigida un nadie, no me parecería tan flojita, incluso podría decir que se deja ver. Pero siendo de “mi Alex” no.