EL INCIDENTE: Shyamalan para adultos

Lo primero que yo diría sobre ella es: no veáis el trailer. Intentad incluso llegar con la peli que elijáis empezada, por si acaso en el cine no podéis escapar. Y cuando vayáis a verla, no llegad ni medio minuto tarde, porque desde el primer plano lo nuevo de Shyamalan os dejará pegados a la butaca.
Dicho esto, no sé de verdad cuántos vais a querer verla, porque su anterior película, “La joven del agua”, no tuvo los aplausos que merecía. Muchos adeptos al director indio debieron pensar que sin giro final aquello no era una buena historia y los enfados a la salida de los cines se contaban por centenas.
Bien, pues ha vuelto al tipo de historias que solía contar cuando empezó. Sin aburrir tanto como en “El sexto sentido” (soy de las que la aborrece), sin ponerse tan pretencioso como en “El protegido”, y sin el humor de “Señales” aunque casi con sus mismos escenarios, con “El incidente” construye una historia de verdadero suspense, de ese con el que te vas preguntando qué pasará ahora pero sin querer descubrirlo, de ese con el que las novias se tapan la cara en el brazo de sus chicos.
No es la película de Shyamalan que más me gusta, pero sí es muy divertida y por ello la situaría después de esa joven del agua que tan poco gustó y que yo sí defendí, tal vez porque era algo distinto a lo que Shyamalan había hecho hasta entonces y su filmografía no me parecía ni cercana a los laureles con la que se la estaba premiando tanto por parte de la crítica como del público.
He de aclarar que cuando la califico de divertida lo hago porque con el suspense se pasa bien, porque funciona todo cuanto vemos pese al efectismo de algunos momentos. Pero no es una película para espectadores sensibles. Es dura, es cruel, es sangrienta, desagradable en según qué planos. Todo aquello que en otras cintas no vemos, ésta lo muestra de forma explícita y a aquel que no le guste la sangre le aconsejo que no pague por verla.
Un último dato: si alguien se pregunta de qué va la peli, que lo busque en Internet, aunque es mejor no saber nada de ella. No hay mucho que contar, pero ese poco es mejor descubrirlo en la hora y media de proyección junto a gente que grite o dé algún que otro salto en la butaca. Si es que aún queda alguien que quiera ver películas en los cines.


Silvia García Jerez