jueves, mayo 18, 2006

Ese japonés loco y genial


La primera vez que supe de Shinya Tsukamoto, fue a través de una revista de cine fantástico ya desaparecida. En ella se reseñaban dos extrañas películas: Tetsuo I y Tetsuo 2. La primera de ellas era en blanco y negro y tenia un presupuesto ínfimo. La segunda era una especie de continuación con un poco más de dinerillo y esta vez en colorines. Por aquella época era impensable tener acceso a aquella clase de material. Así que me resigne a ver las fotos tan chulas que allí mostraban. Unos meses después tuve la oportunidad de ver esas dos extrañas películas en un festival de cine fantástico ya desaparecido (y esto empieza a ser una constante).
Desde luego ni un servidor, ni el resto de la sala estaba preparado para la proyección que se nos venia encima. Ante nuestros ojos y a un volumen atronador desfilaron por la pantalla fetichistas del metal con gusto a clavarse toda clase de metales en el cuerpo, penes con forma de taladradora, retazos de un Apocalipsis futuro, sexo chungo y destructivo. Algo así como el increíble Hulk hecho manga y pasado por una batidora de drogas alucinógenas y tecno industrial. Y todo eso en apenas 70 minutos. Cuando pudimos recuperarnos de la experiencia y salimos de la sala rondaba por allí un japonés bajito y apocado, que había dicho personalmente a los responsables de la sala y al proyeccionista que subieran el volumen a tope. Esa fue la primera vez que tuve una experiencia con Shinya Tsukamoto.
Años más tarde tuve la enorme suerte de poder volver a tener otra experiencia con él. Esta vez Shinya se había convertido en un director de culto y fue presentado ante una audiencia entusiasmada que gritaba y aplaudía a su llegada. La película esta vez se trataba de “Tokyo Fist”: Igual de demencial que sus anteriores aventuras pero esta vez detrás de los delirios visuales y de la atronadora música de Chu Ishikawa había una historia. Además una historia de amor. Y de lo que duele el amor cuando los implicados en dicha historia practican boxeo. Y entonces es cuando un servidor vio la luz. En pleno delirio colectivo comprendí que Tsukamoto ese director de películas bizarras y minoritarias era en realidad un director de películas para masas. Literalmente para ser vistas por masas.
Con el tiempo su cine se ha hecho más reposado aunque sigue siendo igual de contundente. Lo último que sabemos de él es que ha participado en una película coral para la ONU, “8”, en la que distintos realizadores (como Gaspar Noe o Jan Kounen, ambos declarados fans del japonés) nos hablan de temas de vital importancia como es la educación en el caso del segmento de Shinya. Y lo más nuevo es un proyecto que lo congracia con la industria nipona: “Nighmare Detective (Akumu Tantei)”. La historia de un detective muy especial que se ve envuelto en extraños casos paranormales, protagonizada por una de las estrellas del cine nipón, Ryûhei Matsuda. De momento seguimos sin saber nada del proyecto de rodar con TarantinoTetsuo en America”, ni de su gran película sobre la Segunda Guerra Mundial que un servidor espera disfrutar algún día rodeado de una jauría aullante y enfervorecida.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Esto en fuckin' post. De hecho, deberias dedicar un post a Tsukamoto cada semana, o abrirle una seccion fija.

5:07 p. m., mayo 20, 2006  

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