La Caja Kovak: Angustia en Mallorca
Imagina que eres un escritor prolífico y conocido sobre todo por tu primera novela. Imagina que te invitan a una maravillosa isla a dar una conferencia sobre cómo ves la ciencia ficción, tu especialidad, en la literatura actual. Imagina que vas con tu novia y que después de haber aceptado por la tarde tu propuesta de matrimonio esa misma noche se suicida. Imagina que tras su muerte otras personas empiezan a suicidarse en la isla. Ahora imagina que todo esto es real. La verdad es que el comienzo de “La Caja Kovak” no puede ser más prometedor. La cuestión es si luego el nudo y el desenlace es tan magnífico y a mi parecer lo es. Un guión firmado por Daniel Monzón y Jorge Guerricaechevarría que bajo mi punto de vista hace pocas aguas o ninguna, así que me pregunto que quién pensó y luego escribió el texto, porque dudo mucho que Daniel Monzón sea capaz de crear algo tan bueno como lo que vemos en la pantalla. No es un gran cineasta y cuesta pensar que sea responsable de un argumento propio de Ray Bradbury. Por supuesto lo mejor que tiene es el guión, que responde perfectamente a todas las preguntas que nos vamos haciendo a medida que los protagonistas van investigando los misterios alrededor de estos extraños e involuntarios suicidios. Lo malo de la película es la dirección, que con un guión excelente no es capaz de estropear la historia, pero se nota que con otro nombre detrás de la cámara esta caja podría haber tenido un 10 en lugar de un 8. ¿Por qué dos puntos menos sólo por la dirección? Porque también falla el reparto. Timothy Hutton, actor al que siempre le ha faltado fuerza, aquí tampoco la tiene, pero esa carencia le va bien a un personaje que dibuja la imagen que tenemos de él. El problema es la protagonista femenina, y su escasez de química con Hutton: una Lucía Jiménez que aunque corra y físicamente esté en la forma que le pide su Silvia, no nos la acabamos de creer del todo. Y eso que el inglés, idioma en el que se ha rodado la cinta, no se le da mal. Las hay que lo pronuncian peor y ya han logrado una nominación al Globo de Oro. (Todo sea dicho, por hablar en castellano. Debe ser que ahora con los subtítulos en inglés sí la han entendido) Pero antes de terminar debo señalar algo más que es extraordinario en la película, y es David Kelly. No confundir con el productor de televisión marido de Michelle Pfeiffer. Se trata de un irlandés al que algunos (yo no, lo admito) recordarán en “Charlie y la fábrica de chocolate” versión Tim Burton. Pues si no lo recordáis, os aseguro que después de ver “La caja Kovak” no se os va a olvidar. Está de antología. Suya será la culpa de que cada vez que escuchemos “Bloomy Sunday” lo hagamos con la inquietud que sólo una gran película puede proporcionar a un elemento de la misma fuera de ella.
Silvia García Jerez
Silvia García Jerez
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