Visitamos el rodaje de “La Gaviota”

Naschy vuelve a rodar

Tras el paréntesis estadounidense, Paul Naschy vuelve a rodar un largometraje en España, en este caso un tema inédito. Más reconocido que nunca a nivel internacional, el astro del fantastique europeo se une a otro gran conocido por los aficionados al género, Carlos Aured, para poner en marcha “La Gaviota”.
Haciendo honor a la manida sentencia de “los viejos rockeros nunca mueren”, un servidor da Fe de que tanto el protagonista como el director de “La Gaviota” se encuentran en plena forma cinematográfica. Mientras que Paul Naschy tras su paso por USA (“Tomb of the werewolf”, Fred Olen Ray; “Countess Dráculas orgy of blood", Donald F. Glut), escribe este guión absolutamente imaginativo, por momentos divertido y en otros terrorífico, el director Carlos Aured hace gala de la elegancia y el brío que caracterizaron sus realizaciones (véase “El retorno de Walpurgis” o “El espanto surge de la tumba”, ambas de 1973).
Varias son las razones por las que los seguidores del género gótico han de estar de enhorabuena. Por un lado que Paul Naschy aborde un tema tan interesante como el bestiario de la mitología clásica; por otro, que se ambiente en un medio hasta ahora no frecuentado por el cineasta como es el marino, sin escatimar referencias a las quimeras del océano, a las literarias tan afines a los cuentos de Hope Hodgson, o los guiños cinematográficos a “The Birds ” o “Tiburón”. De otra parte, que se recupere un director absolutamente reivindicable como es Carlos Aured, quien en los momentos álgidos del fantaterror patrio regaló algunos de los títulos más celebrados. A Naschy y Aured se suma, junto a un solvente equipo, Antonio Mayans, otro clásico del género, aquí realizando tanto labores interpretativas como de producción ejecutiva.
Luchando por aportar un producto original, diferente, pero a la vez artesanal como buena parte del aficionado reivindica, el equipo de “La Gaviota” se encuentra en la Costa Blanca trabajando para llevar a buen puerto este barco tan honesto, ofreciendo un fantástico sugestivo, que merece suerte. Sabedores de que cuentan con la importante baza de tener en el reparto al que probablemente sea el último actor especializado en el género, potencian la figura inolvidable de los personajes definidos que cultivaron Lon Chaney, Boris Karloff o Vincent Price. Esto es, el protagonista identificado frente a los impersonales muertos vivientes, fantasmas, psicópatas enmascarados y demás personajes anónimos que pueblan las películas del cine actual de terror.
Un falso adivino y un antiguo marino mercante se presentan como la perfecta pareja de amigos en la edad madura, con sus afinidades y sus choques. Lo que no deja de ser una rutinaria vida junto al mar se ve interrumpida por la llegada de lo extraordinario, personificado en un primer momento en el hallazgo de un brazo cercenado y el extraño comportamiento de las gaviotas…Hasta que se revela el horror definitivo personificado en unos voraces seres mitológicos de pesadilla.
Junto a Carlos Aured, capitanean los diferentes departamentos Luís Colombo a la fotografía, Enrik García a la partitura musical, así como Carmina García en el maquillaje y Miguel Corrochano en los efectos especiales, estos con la difícil tarea de salvar día a día la caracterización del horror. Mientras que Adriana Bucataru realiza una excelente dirección de arte, el realizador Ángel Mora compagina aquí la dirección adjunta con la participación en producción. Igualmente nuevas promesas del cine como Alejandra Alonso o Lucía Escassi aportan juventud al equipo, en el que se encuentran varios alumnos del Centro de Estudios de la Ciudad de la Luz. A nivel de intérpretes completan reparto María Jesús Solima, Irene Santamaría, Adán Rodríguez y Eloy Arenas.
El rodaje, que se inició el pasado 16 de abril, se prolongará hasta junio, tiempo durante el cual Paul Naschy debe abandonar Alicante por unos días con el fin de recibir un homenaje en Los Ángeles.
En espera de poder contemplar el resultado en pantalla, ofrecemos como aperitivo estas instantáneas del rodaje, en las que no hemos querido mostrar nada sobrenatural. Por aquello del misterio.

Víctor Matellano