La muerte de un secundario

Esta semana murio uno de los grandes secundarios del cine español, Fernando Hilbeck. Seguro que a muy pocos os suena el nombre y tampoco creo que haya muchos que les suene su cara. En cualquier caso se nos ha ido sin hacer mucho ruido en los medios y sin mayor repercusión. Ya se sabe que son solo los protagonistas famosos que merecen tal tratamiento. Por eso hoy quiero presentaros como humilde homenaje a Fernando Hilbeck, un gran acator que supo aportar creedibilidad y autenticidad a unos papeles en películas que no siempre la tenian.

Hilbeck comenzo su carrera en las numerosas coproducciones españolas de los 60, cine historico, de aventuras y unos cuantos spaguetti-westerns pero un servidor le recuerda sobre todo por sus memorables papeles en algunas de las películas de terror y fantásticas que ha dado nuestro cine como “Una vela para el diablo” (1973), “No Profanar el sueño de los muertos” (1974) y “El refugio del miedo” (1974). Tambien participo con nombres como Orson Welles en “Campanadas a medianoche” (1965), con Berlanga en “La escopeta nacional” (1978), con Paul Naschy en “El aullido del diablo” (1987), o con mi adorado Paul Verhoeven en “Los Señores del Acero” (1985). El cielo cuenta ahora con un secundario de lujo.