De querer y no poder

Es frustrante ver como a veces se dan todas las circunstancias propicias para que algo salga bien y sin embargo no sea así. “Silent Hill” es un buen ejemplo de ello. Tienes un videojuego de culto con una premisa interesante, tienes un guionista de prestigio Roger Avary (“Killing Zoe ”, “Las Reglas del juego” y, si, el guión de “Pulp Fiction ”), tienes un reparto atractivo (a pesar de la cara de pobre hombre que Sean Bean arrastra durante toda la peli), tienes un director, Christophe Gans muy visual y capaz de saltar de un género a otro sin inmutarse, tienes un diseño de producción impresionante acompañado de la estimulante musica del juego… Y no tienes nada. Porque nada de eso funciona en el conjunto. Quizas por separado, pero no mientras uno esta viendo “Silent Hill”. Principalmente por dos causas: un guión rutinario y porque no da miedo. Y si una peli de terror no da miedo el espectador acaba aburriéndose. Y tampoco hay suspense, el guión nos revela muy rápidamente lo que esta pasando, y no sentimos temor por esa mujer que va de pasillo en pasillo buscando pistas para encontrar a su hija en medio de ese pueblo fantasma. Aún así hay aciertos como ese cabeza de pirámide y sus cuchillos o esos monstruos que parecen nacidos de las paginas de Clive Barker . Pero no es suficiente, para hacer que “Silent Hill” sobresalga de lo mediocre. Es una pena pero tendremos que esperar a ver algún día la “gran peli sobre un videojuego”.

PS: Es sospechoso el parecido alarmante que tiene el argumento de “Silent Hill” con “The Dark”, infiernos y Sean Bean incluidos. Por suerte para la peli de Gans, la suya no es tan aburrida.