Spiderman 3: Puro entretenimiento
Creo que soy la única, o de las pocas, a las que la primera película de la saga Spiderman le gustó más que la segunda, que fue adorada por crítica, público y amantes del cómic de todo el mundo. El éxito de esa segunda no motivó la tercera porque desde la primera ésta última ya estaba firmada, pero indudablemente que la taquilla responda ayuda a que el estudio, nada menos que la enorme Sony, aquí Columbia, no cancele el proyecto.
Ahora que nos llega la nueva los fans tienen ganas de ver a uno de los villanos más conocidos de la Marvel, Veneno, en la gran pantalla, y sin duda creo que gustará la transformación del guapísimo Topher Grace en ese doble personaje, pero a quienes no hemos leído el cómic supongo que impactará más ver al otro malvado de la cinta: Sandman, o sea, el Hombre de Arena, interpretado, si es que tal cosa puede decirse de un villano que sin CG no puede verse en el cine, por Thomas Haden Church, el que de los dos amigos de Entre copas consiguió nominación al Oscar, cuando quien más la merecía era Paul Giamatti. Haden Church, actor sin personaje, no brilla tanto como los efectos especiales que lo rodean, que funcionan pese a que ya los vimos en El regreso de la Momia, pero aquí el contexto es diferente y la lucha también, así que el resultado no deja de ser magnífico por muy visto que esté ya.
Bueno, me estoy desviando de contaros el argumento de esta tercera parte, pero creo que no tiene mucha importancia. Mmm, eso no habla bien de una película por muy de acción que sea, pero es que es verdad, hay cintas en las que el chico quiere casarse con chica resume mejor las dos horas y veinte minutos que un intento de argumentar lo que un guionista cuenta a las mil maravillas en una de las mejores escenas: la del restaurante. No os digo más. Risas garantizadas. Y no deja de ser una escena muy romántica.
No os asustéis por esto del romanticismo. Primero, es bonito. Segundo, eso no le va a quitar acción a la película, que tiene mucha, y muy bien rodada (y si no a la secuencia de Gwen Stacy colgada de la grúa me remito) Y tercero: ya sabemos que Spiderman va de dos chicos que quieren estar con la misma chica. Lo que ocurra alrededor es sólo una forma de enganchar a espectadores de todo el mundo y de todas las edades posibles, aunque no deja de ser cierto que los superhéroes tiene sobre todo un público masivamente joven.
Supongo que os preguntaréis que si esta tercera, entonces, es la mejor. Pues no, pero para mí es mejor que la segunda. Ésta es entretenida, está bien hecha, bien construida estructuralmente hablando, y bastante bien dirigida, pero tiene algunos puntos débiles que no la dejan volar hacia la grandeza que sí tienen otras películas basadas en cómics, como es una escena en la que Tobey Maguire se pone a hacer el chorra a ritmo de videoclip. Sabemos por qué lo hace, pero no necesitamos ver una exhibición de satisfacción tan bochornosa. Si a esa escena, unimos, por poner otro ejemplo, una repetición innecesaria de un asesinato ocurrido en el título que abría la, hasta ahora, trilogía, pues vamos puliendo un largometraje que pese a todo, hará las delicias de quienes vayan a verlo al cine.
Silvia García Jerez
Ahora que nos llega la nueva los fans tienen ganas de ver a uno de los villanos más conocidos de la Marvel, Veneno, en la gran pantalla, y sin duda creo que gustará la transformación del guapísimo Topher Grace en ese doble personaje, pero a quienes no hemos leído el cómic supongo que impactará más ver al otro malvado de la cinta: Sandman, o sea, el Hombre de Arena, interpretado, si es que tal cosa puede decirse de un villano que sin CG no puede verse en el cine, por Thomas Haden Church, el que de los dos amigos de Entre copas consiguió nominación al Oscar, cuando quien más la merecía era Paul Giamatti. Haden Church, actor sin personaje, no brilla tanto como los efectos especiales que lo rodean, que funcionan pese a que ya los vimos en El regreso de la Momia, pero aquí el contexto es diferente y la lucha también, así que el resultado no deja de ser magnífico por muy visto que esté ya.
Bueno, me estoy desviando de contaros el argumento de esta tercera parte, pero creo que no tiene mucha importancia. Mmm, eso no habla bien de una película por muy de acción que sea, pero es que es verdad, hay cintas en las que el chico quiere casarse con chica resume mejor las dos horas y veinte minutos que un intento de argumentar lo que un guionista cuenta a las mil maravillas en una de las mejores escenas: la del restaurante. No os digo más. Risas garantizadas. Y no deja de ser una escena muy romántica.
No os asustéis por esto del romanticismo. Primero, es bonito. Segundo, eso no le va a quitar acción a la película, que tiene mucha, y muy bien rodada (y si no a la secuencia de Gwen Stacy colgada de la grúa me remito) Y tercero: ya sabemos que Spiderman va de dos chicos que quieren estar con la misma chica. Lo que ocurra alrededor es sólo una forma de enganchar a espectadores de todo el mundo y de todas las edades posibles, aunque no deja de ser cierto que los superhéroes tiene sobre todo un público masivamente joven.
Supongo que os preguntaréis que si esta tercera, entonces, es la mejor. Pues no, pero para mí es mejor que la segunda. Ésta es entretenida, está bien hecha, bien construida estructuralmente hablando, y bastante bien dirigida, pero tiene algunos puntos débiles que no la dejan volar hacia la grandeza que sí tienen otras películas basadas en cómics, como es una escena en la que Tobey Maguire se pone a hacer el chorra a ritmo de videoclip. Sabemos por qué lo hace, pero no necesitamos ver una exhibición de satisfacción tan bochornosa. Si a esa escena, unimos, por poner otro ejemplo, una repetición innecesaria de un asesinato ocurrido en el título que abría la, hasta ahora, trilogía, pues vamos puliendo un largometraje que pese a todo, hará las delicias de quienes vayan a verlo al cine.
Silvia García Jerez
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