Frontier(s): Lo rojo comienza en los Pirineos
El director de “Frontière(s)”, Xavier Gens, es uno de los protegidos de Besson aunque dista mucho de ser el favorito de esta nueva generación de cineastas. Si me preguntas por alguien en concreto te contestaría rápidamente que Alexandre Aja o Alexandre Bustillo y Julien Maury, los más salvajes y talentosos de su generación. Xavier Gens comparte con estos tres su gusto por la sangre y la brutalidad, por desgracia no comparte su talento.
Me fastidia que “Frontière(s)” se estrene en nuestro país (si es que lo hace algún día) después de la siguiente peli de Gens, ese bodrio que se llamaba “Hitman. De la cual lo único bueno que se puede decir es que es bastante violenta y que va un poquillo más lejos de lo que se atreven los mismos productos de su especie. Me fastidia porque todo lo que había oído hablar de “Frontière(s)” era bueno y al ver “Hitman” pense que Gens era otro bluff, que nos habían vendido como uno de los grandes. Después de ver “Frontière(s)” sigo con dudas. Intentare explicarme.
“Frontière(s)” empieza bien. Los disturbios raciales en las barriadas de emigrantes de Paris entre la policía y los manifestantes son el marco para un atraco y para presentarnos a sus cinco protagonistas. Unos parias que no tienen donde caerse muertos (en algún caso literalmente) y que huyen separados en dos grupos con su escaso botín de Paris a esconderse y repartirse el botín lejos de la ciudad. Con tan mala suerte (como suele ser en estas ocasiones) que van a ir a parar a una pensión regentada por dos carnosas hermanas que rapidamente seducen a los dos chicos del primer grupo. Ya sabemos que pronto van a conocer la hospitalidad de la Francia profunda hacía los inmigrantes y la gente de otras razas. A partir de aquí, ya es territorio conocido. Nada que no hayamos visto en “La Matanza de Texas”, con la única novedad de que en esta ocasión la familia matarife en cuestión tiene unas ideas políticas muy concretas: Eso de “Una Francia, Grande y Libre (y blanca me atrevo a añadir)”. Y si bien ese poso ideológico de la película es un soplo de aire fresco, para mi gusto no lo es suficiente para convertirla en una buena peli. Se queda bien cerca (quizás si nunca hubiera sufrido “Hitman” no tendría tantos prejuicios en contra de esta) porque Gens rueda bien. Es potente, tiene buen pulso y es su primera película al fin y al cabo. No todos los cabos del guión atan bien pero tampoco molesta en exceso porque la acción trepidante y salvaje te va llevando a lo largo del metraje. Quizás si pudiéramos simpatizar un poco más con las victimas la cosa hubiera estado francamente bien, pero cuando te importa poco lo que les ocurra a los protagonistas, la cosa esta mal.
Tengo que hacer una excepción, ya que tanto el personaje, como la interpretación de Karina Testa encarnando a esa heroína improvisada y a su pesar, son estupendas. También esta estupendo e irreconocible como ese paleto facha, Samuel Le Bihan. A algunos les parecerá la mar de novedosa y para otros no dejara ser más de lo mismo. Lo cierto es que se queda a medio camino y por muy poquito. Me sigo quedando con Aja.
Etiquetas: Frontiere(s), Xavier Gens
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