jueves, marzo 04, 2010

Acantilado Rojo: La Madre de todas las batallas


Esta mañana viendo "Acantilado Rojo" me hizo recordar todas aquellas películas de Hong Kong que nos llegaban durante los 70, los 80 y buena parte de los 90, mucho antes de internet, en las que siempre nos llegaban versiones considerablemente reducidas de aquellas películas. Por alguna razón los distribuidores consideraban que aquellas "pelis de chinos" jamas debían superar los 90 minutos de duración. Y no solo reducian el metraje de las películas sino que con el doblaje modificaban los nombres de los protagonistas, las tramas, el tipo de humor y chistes que se contaban. Y todo con el pretexto de hacerlas más accesibles al publico occidental, sin pensar que muchas veces la comprensión narrativa se iba a tomar por saco. Pero que importaba si eran pelis de kungfu, espadachines o tiros. Lo que importaba era la acción ¿no?. De ejemplos esta lleno, solo es necesario tomar cualquier edición de video del mismo John Woo (director de esta "Acantilado Rojo") y compararla con las ediciones internacionales en DVD o incluso con algunas ediciones españolas de la casa Selecta Visión y ver como nos llegarón a cortar hasta 20 minutos por película. Parecia que todo esto era cosa del pasado... pero no.
La ultima cinta de John Woo, despues de su largo periplo por Hollywood, ha sufrido de este sindrome de occidentalización de nuevo. La épica cinta de Woo esta planteada como una gran epopeya de 4 horas de duración que se estreno con mucho exito en dos mitades en su pais de origen, China. Pero no sera esa la versión que veamos en España, ni en el resto de Europa y America. No la nuestra esta conveniente recortada hasta formar una película de dos horas y media.Y eso se nota.
Se nota porque la historia que nos cuenta Woo es bastante complicada, aunque en la película se simplifica bastante. La batalla del acantalido rojo es una de las más grandes batallas de la historia y un hecho crucial en la historia de China. La lucha de poderes entre los distintos señores de la guerra de las provincias chinas ante un emperador debil y un primer ministro de modos dictatoriales es resuelta en la primera media hora de un plumazo, a veces ocasionando cierto desconcierto en el espectador que se ve abrumado ante tanto nombre chino y tanto general, virrey, gobernador o simple peón. Las alianzas y traiciones, y como se ha llegado a esa situación es contada a veces incluso por medio de un narrador en lo que sospecho sería la primera parte de la película original, para centrarse en la segunda parte de la película que es la batalla propiamente dicha. Aqui es donde los que gustan de cintas de epoca o de los acontecimientos belicos disfrutaran más con el buen hacer de Woo. Las pequeñas escaramuzas y las grandes batallas coreografiadas por Woo son una delicia para el espectador hambriento de buenas secuencias de acción. Mucho más realista de lo que nos tenia acostumbrado Woo en Hong Kong e incluso en Hollywood, no hace alarde de efectistas peleas de kungfu (como si hacía recientemente Yimou Zhang), aunque alguna hay, y se centra más en el fragor de la batalla y en el asedio largo y prolongado que suponen este tipo de combates. Para que nos entendamos se parece más a "El Señor de los Anillos" que a las pelis de sus paisanos.
Aunque Woo cuenta con un reparto de campanillas (Tony Leung Chiu Wai, Takeshi Kaneshiro, Chen Chang o Wei Zhao) la verdad es que todos ellos estan solamente correctos, puestos al servicio de lo que importa; la batalla de marras.
Si uno se olvida un poco de lo perdido que estaba al principio de la película y se centra en relajarse con una peli de batallas al viejo estilo, sera recompensado. Eso si Woo se permite el lujo de incluir unas pinceladas de antibelicismo para cerrar.

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