martes, noviembre 24, 2009

Paranormal Activity: Hay alguien en casa


Ha costado lo que se dice dos euros y medio y ya ha rentabilizado en Estados Unidos para pagar otras tantas de bastante más presupuesto. La gente sigue horrorizada, en el sentido que una cinta de terror pide. ¿Por qué? Porque está bien hecha. Aunque se oyen voces discrepantes e irrisorias acerca de su calidad y del miedo que puede llegar a dar. Pero es que yo no sé qué idea tiene la gente de lo que va a ver.

La historia se puede resumir en: parejita joven se muda a vivir juntos a una casa. Empiezan a oír ruidos raros de noche y ponen a grabar una cámara cada vez que se acuestan para comprobar si esos ruidos corresponden a algo a lo que deban temer. El resultado lo vamos a ir viendo paulatinamente, poquito a poquito. Y diréis: porque pasa algo. Pues claro, si no, no habría película. Tiene que pasar algo. Pero no tiene que pasar todo. Los fantasmas no bailan breakdance ni ponen la mesa para que comas. Dan pequeñas, escasísimas muestras de su existencia. Sutiles. Hay que estar muuuy atento a sus movimientos, a sus ruidos y manifestaciones. ¿Cuántas cintas de grabadora han tirado a la basura los investigadores? Cientos y cientos, hasta descubrir una psicofonía de 4 segundos. Pues lo mismo ocurre en esta película. Con una salvedad: aquí el director nos ahora tiempo y recorre a toda velocidad la cinta hasta el punto en el que ocurre algo. Que te dé miedo o no eso ya es personal. Si entras en el universo que te propone probablemente sí. Si no estás dispuesto a creerte nada, pues no.

Es ficción, por mucho que la hayan querido vender como algo real, que eso es bueno en el marketing de todo, porque somos curiosos por naturaleza y si algo malo pasó queremos ver las pruebas hasta después de los créditos. Por si hay una foto que revele lo que en todo el metraje se nos ocultó. Y tan poco real es que ese señor que quiere tener la exclusiva en todo lo que le gusta llamado Steven Spielberg retocó el final inicial y rodó uno, tan eficaz como el que dicen, era el original. Es de imaginar que veremos los dos en dvd, que para eso está ese formato. Porque las películas las podemos grabar de los distintos canales, pero los extras no los emiten al finalizar.

Y será interesante ver cómo se hizo, porque ya es interesante ver el resultado de lo que se rodó. Con casi nada Oren Peli logra una atmósfera enfermiza en la que poco a poco te va sumergiendo. Casi cualquiera podría hacerla porque se requiere una cámara de vídeo, una casa y una pareja nada conocida. Lo dicho, dos duros y medio de presupuesto. Pero hay que saber medir los ingredientes para que del cocktail salga la bebida apropiada. Y eso puede ser suerte o puede ser talento. Descubriremos cuál de las dos opciones es la acertada cuando nos llegue el siguiente trabajo de Peli, “Area 51”.

Silvia García Jerez

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