Tideland: Siempre Alicia
La Alicia de Lewis Carroll es fuente inagotable de inspiración y si hace poco hablábamos de cómo Del Toro había bebido del personaje de Carrol para su “EL LABERINTO DEL FAUNO ”, no es menos evidente que otro de los grandes, Terry Gilliam en “Tideland” se ha empapado de esa niña que se fabrica un mundo de fantasía para escapar de una realidad que no le gusta. Y muy comprensiblemente porque la niña protagonista de “Tideland” tiene la suerte de tener a un padre roquero y enganchado a la heroína y es la propia niña la que le prepara los chutes y a una madre adicta a las chocolatinas y la metadona. Por suerte para la pequeña Jeliza Rose y para nosotros la madre (una estupendamente repulsiva Jennifer Tilly) no tarda en mucho en salir de escena.
Padre e hija huyen (regresan al hogar de la infancia, en realidad) a la casa de la abuela y aquí es donde la historia entra en vía muerta. Al igual que la cinta de Del Toro es una fabula oscura para adultos. En este caso para muy adultos.
Terry Gilliam vino a Sitges para presentarla e hizo todo lo posible por hacerse el encontradizo: subir en el mismo ascensor que un servidor, comer solo en la mesa de enfente, proyectar su película para los allí presentes. No fue suficiente para que “Tideland” sea su obra más floja, aunque sea muy personal como tanto se ha cacareado.
No dudo que la novela en la que se basa “Tideland” sea excelente y que Gilliam ha puesto todo su empeño en llevarla a la pantalla lo mejor que ha podido, pero el simple acumulamiento de personajes y situaciones estrafalarias no es suficiente para mantener el interés y la maestría de Gilliam para crear imágenes que se quedan grabadas en la retina es sustituida por un afán en mostrar una realidad deformada. Esa realidad que no suele salir en las pelis porque resulta desagradable de ver. Ya se sabe la América profunda: el medio este, paletos tarados, secretos de familia, familiares disecados… en fin el típico American Gothic que parece más salido de “La Matanza de Texas” que de la típica imaginaria Made in Gilliam. Sin dejar de ser un drama, y he ahí el problema. La Fantasía pasa muy de tapadillo por la “Tideland” tampoco hay mucho lugar para el humor característico del ex-Monthy Python (eso si los grandes angulares siguen abundando por doquier) y difícilmente nos podemos identificar con unos protagonistas como los de “Tideland” y poco nos interesan sus dramas con lo cual la cinta se queda a medio gas. Y es una pena porque Jeff Bridges esta fabuloso y la niña protagonista, Jodelle Ferland, deja sin habla por su madurez a la hora de ejecutar un papel que muchas grandes actrices no sabrían llevar a buen puerto. Aunque un servidor reconoce que le ponía los pelos de punta ver ciertas cosas que hace la niña en la pantalla (será que ya me estoy haciendo viejuno).
Viendo el balance de sus ultimas obras un servidor se queda con la entretenidísima “El Secreto de los Hermanos Grimm”, la supuesta bajada de pantalones de Gilliam ante la industria antes que con su proyecto más personal y espera con ansia que por fin se decida alguien a dar luz verde a su proyecto de llevar a la gran pantalla la desternillante “Buenos Presagios” de los geniales Terry Pratchett y Neil Gaiman.
Padre e hija huyen (regresan al hogar de la infancia, en realidad) a la casa de la abuela y aquí es donde la historia entra en vía muerta. Al igual que la cinta de Del Toro es una fabula oscura para adultos. En este caso para muy adultos.
Terry Gilliam vino a Sitges para presentarla e hizo todo lo posible por hacerse el encontradizo: subir en el mismo ascensor que un servidor, comer solo en la mesa de enfente, proyectar su película para los allí presentes. No fue suficiente para que “Tideland” sea su obra más floja, aunque sea muy personal como tanto se ha cacareado.
No dudo que la novela en la que se basa “Tideland” sea excelente y que Gilliam ha puesto todo su empeño en llevarla a la pantalla lo mejor que ha podido, pero el simple acumulamiento de personajes y situaciones estrafalarias no es suficiente para mantener el interés y la maestría de Gilliam para crear imágenes que se quedan grabadas en la retina es sustituida por un afán en mostrar una realidad deformada. Esa realidad que no suele salir en las pelis porque resulta desagradable de ver. Ya se sabe la América profunda: el medio este, paletos tarados, secretos de familia, familiares disecados… en fin el típico American Gothic que parece más salido de “La Matanza de Texas” que de la típica imaginaria Made in Gilliam. Sin dejar de ser un drama, y he ahí el problema. La Fantasía pasa muy de tapadillo por la “Tideland” tampoco hay mucho lugar para el humor característico del ex-Monthy Python (eso si los grandes angulares siguen abundando por doquier) y difícilmente nos podemos identificar con unos protagonistas como los de “Tideland” y poco nos interesan sus dramas con lo cual la cinta se queda a medio gas. Y es una pena porque Jeff Bridges esta fabuloso y la niña protagonista, Jodelle Ferland, deja sin habla por su madurez a la hora de ejecutar un papel que muchas grandes actrices no sabrían llevar a buen puerto. Aunque un servidor reconoce que le ponía los pelos de punta ver ciertas cosas que hace la niña en la pantalla (será que ya me estoy haciendo viejuno).
Viendo el balance de sus ultimas obras un servidor se queda con la entretenidísima “El Secreto de los Hermanos Grimm”, la supuesta bajada de pantalones de Gilliam ante la industria antes que con su proyecto más personal y espera con ansia que por fin se decida alguien a dar luz verde a su proyecto de llevar a la gran pantalla la desternillante “Buenos Presagios” de los geniales Terry Pratchett y Neil Gaiman.
1 Comments:
¡Pues vaya! Y sin embargo, aún podemos esperar grandes cosas de Gilliam; seguro.
Un saludo!
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